En 2007, el cantautor asturiano Rafa Lorenzo entregó una producción discográfica extraordinaria: Primos hermanos, integrado por los seis poemas gallegos de Federico García Lorca y por seis composiciones de Rafa en lengua asturiana, que se levantan en el mismo espíritu lorquiano y doblegan con su arte y ánima poderosa al tiempo y al olvido.
Porque es un trabajo pleno de ánima, de alma lleno, de sangre y de vida, de canción y de poema. De caminos. De polvo y de sombra, de ternuras, de luna y de Rosalía de Castro. Rafa se echa su voz al hombro, y va al encuentro luminoso con Federico y Federico se levanta y bajo el sol se dibujan los rostros de los estudiantes de la Barraca, y la compañía reunida por Rafa sale al encuentro de ellos y aquí no ha pasado nada, ni el tiempo, ni la muerte, ni la historia de vencidos, vencedores y revanchas ... y sólo queda el poema y el eco entrañable de una nana prendida en los cipreses de Granada, en el verde que te quiero verde de terciopelo asturiano:
Agora non mio neñu agora non...
Con la sencillez que lo caracteriza, Rafa Lorenzo rememora la génesis de este proyecto con el que ya lleva recorrido medio mundo:
"En 2006, contactu con un grupu intelectuales gallegos que m'invitan a participar nel homenaxe a Federico García Lorca que fairán en Lugo, el 26 d'outubre. Hai muitos actos ya en el.los pongu musica y canto d'alcun de "los seis poemas galegos" de Lorca. Tien tal acuyía quel publicu arrodiandu la praza do Castelo, onde cantei "A cibda de Santiago" tornase nun abrazu infinito d'emoción, ya prestura pol mieu arreglo musical".De emociones sabe Rafa Lorenzo, por su ser de escenario, por esas músicas que espiga en el aire y en el camino, por esas búsquedas a la fuente clara y a la raíz del canto, por su caminar hacia atrás en la voz del tiempo cuando va pa la braña con Rogelia la vaqueira, como hizo Federico con Manuel Torre, que tenía tronco de faraón.
Porque, y Rafa lo ha dicho, si García Lorca hubiera sido asturiano habría escrito un Romancero vaqueiro en lugar de un Romancero gitano. Porque los dos son fieles a rabiar a la tierra que los trajo, al duende que los habita, a su sombra y a su luz. Porque la voz de Rafa nos recrea y enamora y nos trae joven y ensoñado al poeta de Granada. Porque cada vez que el cantautor asturiano pulsa las cuerdas de su guitarra, en algún lugar del tiempo sonríe Federico García Lorca.
María García Esperón
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